Frente a la soja o el maíz, el cereal de invierno registró la menor baja de precio desde comienzo de la expansión del coronovirus en el mundo.
La presencia de barbechos largos posibilitan la compactación del suelo y facilitan la erosión eólica, generando condiciones desfavorables para los cultivos. A través de las gramíneas se pueden mejorar estos parámetros.
Lo reportó la Bolsa de Cereales porteña. Con 22,2 quintales por hectárea de rinde promedio nacional, el ciclo 2019/20 fue el mejor desde el 2000.
La Bolsa de Cereales de Entre Ríos, a través de su sistema de información agrícola (SIBER), informó sobre el avance de las labores de cosecha de arroz y soja en suelo entrerriano.
En Entre Ríos, la superficie sembrada con soja en la campaña 2019/20 se ubicó en 1.153.500 hectáreas (ha), esto representó un crecimiento interanual del 5 % (53.500 ha).
A poco de comenzar una nueva campaña de cultivos invernales, es importante analizar las semillas de trigo, cebada, colza, lino, arveja y vicia, para conocer si su calidad fisiológica permite que sea utilizada para la siembra.
Hay una variación en la disponibilidad de humedad de algunas regiones (Buenos Aires y La Pampa) con el resto de la región pampeana y el norte del país.
En Entre Ríos, se cosechó el 16% del área sembrada con soja de primera que se ubicó alrededor de 750.000 hectáreas (ha).
“Los procesos de cosecha nuevamente tuvieron diferentes ritmos y grados de avance, según las diferentes zonas, por el impacto de las lluvias.
La especie tiene un lugar destacado a nivel mundial por su elevada producción de forraje de calidad y persistencia que puede medirse en décadas bajo condiciones adecuadas de suelo y clima.
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