Encharcamientos en la mayor parte de Entre Ríos
Las lluvias de comienzos de semana, aunque menores, bastaron para mantener a tope el nivel de agua en el perfil, es decir, como mÃnimo suelos saturados, en la mayor parte del territorio con encharcamientos.
Hablamos siempre de las ventajas del suelo entrerriano en cuanto a su topografía. El paisaje quebrado seguramente por sectores ayuda a configurar un escenario menos complejo que el que, por cuarta semana consecutiva, muestra el mapa. Entre Nogoyá y Tala, apenas insinuado, aparece una mejora que comienza a liberar los excesos, que entendemos que posiblemente sea de mayor escala. Hoy parece un botón de muestra de lo que seguramente será un mejoramiento más generalizado hacia la semana próxima.
Más allá de las limitaciones que pueda tener en sus cálculos este balance hídrico, es la primera vez en más de doce años, que el mismo presenta un predominio de excesos hídricos a lo largo de cuatro semanas, con mínimas excepciones. Teniendo en cuenta sólo este dato de escritorio, se hace innecesario el trabajo de campo para reconocer una situación de emergencia extrema y que tendrá un impacto muy fuerte principalmente por el momento tan inoportuno en que sucede. Abril presenta un máximo de vulnerabilidad a los excesos hídricos de los cultivos listos para la cosecha, quizá con mayor fortaleza del maíz para afrontar la situación.
Las perspectivas de buen tiempo se sostienen en el corto y mediano plazo. Es hora de comenzar a ver con ánimo las tareas de recolección que progresivamente podrán llevarse adelante. Seguramente habrá que dimensionar pérdidas, pero también es hora de definir las estrategias para enfrentar en forma ordenada este tipo de escenarios, ni más ni menos que desarrollar capacidad de adaptación.